¿Cuál es el impacto de las multinacionales megamineras en San Juan?

El Costo del Oro: Barrick Gold en República Dominicana

18/04/2025

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La República Dominicana, una isla caribeña bendecida con tesoros naturales, alberga bajo su superficie yacimientos incalculables de oro y plata. Sin embargo, lo que podría ser una fuente de prosperidad se ha convertido en el epicentro de una profunda controversia socioambiental. En el corazón de este debate se encuentra Barrick Gold, la transnacional minera más grande del mundo, cuya operación en Pueblo Viejo, Cotuí, ha desatado una tormenta de acusaciones sobre daños irreparables al ecosistema, a la salud de las comunidades y a la soberanía económica del país. Mientras la empresa extrae metales preciosos, una pregunta resuena en toda la nación: ¿vale la pena el brillo del oro a cambio de un futuro manchado por la contaminación y la injusticia?

Índice de Contenido

Un Contrato Bajo la Lupa: ¿Acuerdo o Despojo?

El origen de la polémica se encuentra en el Contrato Especial de Arrendamiento Minero (CEAM), firmado por el Estado Dominicano. Originalmente, el acuerdo se pactó con la empresa Placer Dome, la cual garantizaba al país un 50% de los beneficios totales del proyecto. Sin embargo, tras la adquisición de Placer Dome por parte de Barrick Gold en 2006, la multinacional canadiense exigió una renegociación que alteró drásticamente los términos, para muchos, en detrimento del pueblo dominicano.

¿Por qué el puerto de Antofagasta es un foco crítico de contaminación?
Se ha apuntado al Puerto de Antofagasta (ATI) como un foco crítico de contaminación. El puerto, con el objeto de mitigar el impacto ambiental que genera, construyó un galpón para el acopio y trasvasije de minerales desde el tren hacia las embarcaciones.

La enmienda al contrato, aprobada por el Congreso Nacional, redujo la participación del Estado a un exiguo 3.2% del Retorno Neto de Fundición. Además, se incluyeron cláusulas que, según expertos, son alarmantemente lesivas. Por ejemplo, el Estado no recibiría ni un centavo de las utilidades netas hasta que la empresa no solo recuperara la totalidad de su inversión, sino que también alcanzara una Tasa Interna de Retorno (TIR) mínima del 10%. Esto significa que, a pesar de los altos precios del oro en el mercado internacional, los beneficios para la nación se posponen indefinidamente. Expertos en asuntos mineros han calificado el acuerdo como una "vergüenza" y un regalo de miles de millones de dólares a la corporación, recursos que podrían destinarse a saldar la deuda externa o a resolver la crisis energética del país.

Comparativa de Términos Contractuales

AspectoContrato Original (Placer Dome)Contrato Enmendado (Barrick Gold)
Participación del Estado50% de los beneficios totales del proyecto.3.2% del Retorno Neto de Fundición y 0% de utilidades hasta recuperar inversión y alcanzar un TIR del 10%.
Régimen FiscalTérminos más equilibrados.Exenciones impositivas casi absolutas (ITBIS, aranceles, impuesto sobre la renta, etc.).
Soberanía sobre RecursosLimitado a los minerales pactados.Derecho a explotar y exportar sin limitación todos los minerales encontrados (zinc, cobre, etc.) sin contraprestación adicional.

El Alto Costo Ambiental de la Fiebre del Oro

Más allá de las cifras y cláusulas del contrato, el impacto más visible y doloroso de la operación de Barrick Gold es el ambiental. La minería a cielo abierto es un proceso inherentemente destructivo. Para obtener una sola onza de oro, se deben remover y procesar toneladas de roca, consumir miles de galones de agua y utilizar químicos altamente tóxicos.

Uno de los componentes más controvertidos es el cianuro, utilizado en el proceso de lixiviación para separar el oro de la roca. Un derrame o una mala gestión de este químico puede envenenar fuentes de agua subterráneas y superficiales de forma irreversible, afectando a toda la cadena trófica. Comunidades en Cotuí y San Francisco de Macorís han denunciado la contaminación de ríos como el Margajita, cuyas aguas son vitales para el riego de los arrozales, el principal cultivo de la región. Se estima que más del 60% de la producción de arroz se ha visto afectada, amenazando la seguridad alimentaria y el sustento de miles de familias.

El consumo de agua es otro punto crítico. Se calcula que la operación minera utiliza aproximadamente 4,000 galones de agua para producir una onza de oro. Con una proyección de extracción de millones de onzas, la mina representa una presión hídrica insostenible para una isla que ya enfrenta escasez de agua. La deforestación masiva para dar paso a la mina y sus instalaciones agrava el problema, destruyendo la flora y fauna local y alterando el equilibrio ecológico de manera irreparable.

El Rostro Humano de la Explotación

Las consecuencias de la minería no se limitan al medio ambiente; golpean directamente a las personas. Cientos de familias han sido desalojadas de sus hogares para dar paso al proyecto. Aunque el Estado es responsable de la reubicación y compensación, los testimonios de los afectados pintan un cuadro de promesas incumplidas, pagos insuficientes y un proceso poco transparente. Muchos residentes se quejan de que sus nuevas viviendas presentan grietas y daños estructurales, causados por las constantes explosiones y vibraciones de la mina.

La salud pública es una de las mayores preocupaciones. Han surgido numerosos informes de intoxicaciones masivas, tanto de trabajadores como de habitantes de zonas aledañas. Los síntomas reportados incluyen problemas respiratorios agudos, erupciones cutáneas, náuseas, mareos y afecciones oculares, consistentes con la exposición a gases de sulfuro y cianuro. Médicos que han atendido a los afectados han tenido que usar máscaras antigás, un indicativo de la alta toxicidad del ambiente. La exposición a largo plazo a estos contaminantes puede derivar en enfermedades catastróficas, incluyendo diversos tipos de cáncer y alteraciones genéticas.

Esta situación ha provocado una fuerte reacción social. Organizaciones civiles, grupos juveniles y ciudadanos de Cotuí han protagonizado marchas, acampadas y protestas, exigiendo la rescisión del contrato, la paralización de las operaciones y la presentación de estudios de impacto ambiental transparentes y veraces. La respuesta, en ocasiones, ha sido la represión, pero la voz del pueblo se niega a ser silenciada.

Violaciones a la Soberanía y al Marco Legal

Juristas y organizaciones como la Fundación Justicia y Transparencia (FJT) han denunciado que el contrato con Barrick Gold viola flagrantemente múltiples leyes dominicanas y la propia Constitución de la República. Entre las violaciones más graves se citan:

  • Violación a la Constitución: Se vulneran los artículos que garantizan el derecho a la salud, a un medio ambiente sano y a la protección de los recursos naturales. Los privilegios y exenciones fiscales otorgados a la minera atentan contra los principios de igualdad, equidad y razonabilidad.
  • Violación a la Ley de Minería (Nº 146): La ley establece que las condiciones de un contrato no pueden ser menos favorables al interés nacional que las propias de la ley, algo que el acuerdo con Barrick Gold incumple. Además, la ley obliga a la creación de una compañía dominicana para la explotación, requisito que la empresa no habría cumplido adecuadamente.
  • Violación a la Ley de Medioambiente (Nº 64-00): Se acusa a la empresa de iniciar operaciones sin los estudios de impacto ambiental requeridos y sin una licencia ambiental en regla, ignorando los procedimientos establecidos para proteger el patrimonio natural del país.

El contrato, en la práctica, cede una porción de la soberanía nacional a una corporación extranjera, permitiéndole operar con un nivel de autonomía y privilegio que ninguna empresa local podría soñar. La cláusula que permite a Barrick Gold extender el área de concesión a voluntad, simplemente notificando al Estado, es un claro ejemplo de esta entrega de control sobre el territorio nacional.

Preguntas Frecuentes (FAQ)

¿Cuál es el principal punto de conflicto del contrato con Barrick Gold?

El principal conflicto radica en los términos económicos. El contrato enmendado reduce drásticamente la participación del Estado Dominicano en los beneficios (a un 3.2% del Retorno Neto de Fundición) y pospone el pago de utilidades hasta que la empresa recupere su inversión con un alto margen de ganancia, lo que es considerado por muchos como un despojo de la riqueza nacional.

¿Qué productos químicos peligrosos utiliza la minera?

La operación utiliza grandes cantidades de cianuro de sodio para el proceso de lixiviación, que sirve para separar el oro de la roca. También se generan otros desechos tóxicos y gases de sulfuro. Estos químicos son altamente peligrosos para la salud humana y el medio ambiente, pudiendo contaminar de forma permanente las fuentes de agua.

¿Cómo afecta la minería a las comunidades locales?

Afecta de múltiples maneras: desalojos forzosos con compensaciones consideradas injustas, graves problemas de salud por la contaminación del aire y el agua (enfermedades respiratorias, de la piel, intoxicaciones), daños a la agricultura local (especialmente el cultivo de arroz) por la contaminación de los canales de riego, y la destrucción de su entorno natural.

¿Realmente se beneficia económicamente la República Dominicana?

Es el punto central del debate. Si bien la empresa argumenta que su inversión genera empleos y algunos ingresos para el Estado, los críticos sostienen que los beneficios son mínimos en comparación con las enormes ganancias de la corporación y el incalculable costo social y ambiental. Las leoninas cláusulas del contrato y las exenciones fiscales masivas hacen que el beneficio real para el país sea cuestionable.

Conclusión: Un Futuro en Juego

La historia de Barrick Gold en la República Dominicana es un reflejo de un dilema global: el conflicto entre el desarrollo económico extractivista y la sostenibilidad ambiental y social. El oro que se extrae de las montañas de Cotuí lleva consigo un peso inmenso de agua contaminada, bosques talados, comunidades desplazadas y una soberanía comprometida. La riqueza que sale del país en barcos es efímera para la nación, pero el daño que queda en la tierra y en su gente es permanente. La lucha del pueblo dominicano no es solo por un contrato más justo, es una lucha por el agua, por la salud, por la tierra y, en última instancia, por el derecho a decidir su propio futuro.

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