¿Cómo se puede proteger un mural pintado?

El Mural Perdido de Rivera: Una Sombra Ecológica

27/03/2025

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En la historia del arte mexicano, existen obras que brillan por su magnificencia y otras que resuenan por su ausencia. Una de estas últimas es el monumental mural que Diego Rivera concibió para la entonces Escuela Nacional de Ciencias Químicas (ENCQ) de la UNAM, un proyecto que nunca trascendió el papel pero que, visto con los ojos del siglo XXI, se revela como un fascinante y premonitorio espejo de la relación de la humanidad con la industria y la naturaleza. A finales de 1955, desde un hospital en la Unión Soviética, Rivera trazó los bocetos de “La ciencia química presente en las principales actividades productoras útiles a la sociedad humana”. Lo que en su momento fue concebido como una oda al progreso industrial, hoy puede ser leído como un testamento involuntario de una era de optimismo extractivista, cuyas consecuencias ambientales apenas comenzábamos a vislumbrar.

¿Qué es un boceto preliminar para una pintura mural?
Un boceto preliminar para una pintura mural monumental se llama sinopia. Se realiza con pincel y tiene todas las características de un dibujo preparatorio de prueba de forma. El boceto se realiza directamente en el lugar apropiado y se cubre con una fina capa de yeso, sobre la cual se pinta la representación pictórica.
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Un Proyecto Artístico Ahogado en la Incertidumbre

La historia de este mural nonato es tan compleja como la época que lo vio nacer. Comisionado por Carlos Lazo, una figura clave en el desarrollo de Ciudad Universitaria, el proyecto estaba destinado a adornar los muros del Edificio A de la hoy Facultad de Química. Rivera, luchando contra el cáncer, imaginó una obra escultórica, en relieve, similar a su icónica creación en el Estadio Olímpico Universitario. Los bocetos, hoy resguardados en el NSU Art Museum Fort Lauderdale en Florida, muestran una visión detallada de la química en acción: la producción de acero, cemento, vidrio, la orfebrería y la extracción de minerales.

Sin embargo, esta visión nunca se materializó. Las hipótesis son varias y complementarias. La frágil salud del artista es, sin duda, un factor crucial. A ello se suma la complejidad técnica de crear relieves monumentales sobre concreto y, quizás de forma decisiva, la trágica muerte de su principal impulsor, Carlos Lazo, en un accidente aéreo. También se murmura sobre las tensiones inherentes entre la visión plástica de los muralistas y la funcionalidad racional de los arquitectos del llamado “estilo internacional”, una estética que a Rivera, amante de lo orgánico y telúrico, no le agradaba del todo. El resultado fue que un proyecto destinado a celebrar la transformación de la materia se quedó en una fase preliminar, en trazos y anotaciones sobre papel.

La Visión Industrial: Un Progreso de Doble Filo

El corazón temático de los bocetos de Rivera es una celebración sin ambages de la industrialización. En sus dibujos, la química no es una ciencia abstracta, sino la herramienta fundamental que permite al ser humano dominar y transformar el entorno para su beneficio. Vemos la alquimia moderna en los altos hornos forjando acero, en la creación de cemento para levantar ciudades y en la extracción de las riquezas minerales de la tierra. Desde la perspectiva de mediados del siglo XX, esta era la definición misma del progreso: un camino ascendente y aparentemente infinito hacia un futuro mejor, impulsado por la ciencia y la industria.

Hoy, sin embargo, no podemos observar estas mismas escenas sin sentir un escalofrío. La producción de cemento y acero se encuentra entre las industrias más contaminantes del planeta, responsables de un porcentaje significativo de las emisiones globales de dióxido de carbono. La minería, glorificada en los bocetos, nos evoca imágenes de devastación de ecosistemas, contaminación de ríos con metales pesados y conflictos sociales. Lo que Rivera plasmó como “actividades productoras útiles” se ha revelado, con el tiempo, como un modelo de desarrollo con un altísimo costo ecológico. El mural, sin quererlo, se convierte en una cápsula del tiempo que nos muestra el cénit de una fe ciega en la capacidad humana para explotar los recursos naturales sin considerar sus límites.

Arquitectura y Materiales: El Diálogo entre lo Orgánico y lo Racional

Para entender la propuesta de Rivera, es crucial compararla con su obra casi contemporánea en el Estadio Olímpico. Allí, el artista utilizó piedras de colores naturales, integrando el mural de manera orgánica con la arquitectura del estadio —que evoca el cráter de un volcán— y con el paisaje del Pedregal. Fue una declaración de armonía entre la creación humana y el entorno natural.

En la Facultad de Química, el desafío era completamente diferente. Se enfrentaba a un edificio de concreto, acero y vidrio, un exponente del estilo internacional que priorizaba la función y la geometría sobre la integración con el paisaje. La solución de Rivera fue sorprendentemente racional: propuso una serie de cuadrículas que dialogaban con la fachada reticular del edificio. Sus murales-ventanas pretendían ofrecer una mirada al interior de los procesos químicos, convirtiendo el muro en una especie de radiografía de la producción industrial. Este cambio de enfoque, de lo orgánico a lo geométrico, simboliza también el paso de una relación de integración con la naturaleza a una de análisis y disección, donde el entorno se convierte en un objeto de estudio y explotación.

Tabla Comparativa de Visiones Plásticas y Ecológicas

CaracterísticaMural del Estadio OlímpicoProyecto Mural de Química
Material PrincipalPiedras naturales de coloresRelieves sobre concreto
Estilo ArtísticoOrgánico, integrado, escultóricoRacional, geométrico, en cuadrículas
Relación con el EntornoArmonía y diálogo con el paisaje del PedregalAdaptación a la arquitectura industrial y funcional
Interpretación Ecológica ActualBúsqueda de una simbiosis entre arte, ser humano y naturalezaVisión de la naturaleza como materia prima para ser transformada por la ciencia y la industria

Utopía Socialista y la Naturaleza como Recurso Colectivo

Un detalle fascinante de los bocetos, señalado por la académica Itzel Rodríguez Mortellaro, es la ausencia de figuras de autoridad. Todos los personajes —obreros, técnicos, científicos— están representados en un mismo plano horizontal, trabajando en conjunto. Esta “organización horizontal de la producción” es un reflejo directo de la ideología comunista de Rivera, reforzada tras su readmisión en el Partido Comunista Mexicano y su viaje a la URSS. El mural proyectaba una utopía donde el trabajo colectivo era el motor de la sociedad.

¿Dónde está el mural del departamento de medio ambiente?
[:es]Tasubinsa ha presentado esta mañana junto con la consejera de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, Isabel Elizalde, un mural decorativo colocado en la entrada del edificio del Departamento de Medio Ambiente situado en la calle Gonzalez Tablas.

Desde una perspectiva ecologista, esta visión es ambivalente. Por un lado, promueve la idea de un esfuerzo común por el bien social. Por otro, enmarca la naturaleza y sus recursos como un vasto almacén a disposición de este colectivo humano. La narrativa del progreso socialista, al igual que su contraparte capitalista durante la Guerra Fría, se basaba en la industrialización acelerada y la explotación intensiva de los recursos. La naturaleza no era vista como un sistema vivo con el que coexistir, sino como el combustible para la maquinaria del desarrollo social. El mural, por tanto, iba a ser el emblema de un humanismo que, en su afán de liberarse de la opresión social, olvidó su dependencia fundamental del mundo natural.

El Legado Digital: Proyectando el Pasado sobre el Presente

En diciembre de 2021, con motivo del 105 aniversario de la Facultad de Química, el mural perdido de Diego Rivera cobró vida de una forma inesperada. Los dos bocetos principales fueron coloreados, animados y proyectados como un espectáculo multimedia sobre el mismo muro que debieron ocupar permanentemente. Este acto de resurrección digital es profundamente significativo. Al traer esta obra del pasado al presente, no solo se rinde homenaje al genio de Rivera, sino que se nos obliga a confrontar su visión con nuestra realidad actual.

Ver esas imágenes de una industria pujante proyectadas sobre un edificio universitario en plena crisis climática es una experiencia que invita a la reflexión. La celebración de la química que transforma el mundo resuena de manera diferente cuando somos conscientes de la contaminación por plásticos, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. La obra de Rivera, concebida como un canto al futuro, se ha convertido en un documento histórico que nos permite medir la distancia entre las promesas de la modernidad y sus complejas, y a menudo dolorosas, consecuencias. El mural que nunca fue se ha transformado así en un lienzo para nuestras propias preguntas sobre el futuro que queremos construir, uno donde la ciencia y la química estén, efectivamente, al servicio de la sociedad humana, pero en armonía y respeto con el planeta que nos sustenta.

Preguntas Frecuentes sobre el Mural y su Contexto Ecológico

¿Por qué este mural de Diego Rivera es relevante desde una perspectiva ambiental?

Es relevante porque encapsula la visión de progreso industrial de mediados del siglo XX, centrada en la explotación de recursos sin una conciencia explícita de sus límites o consecuencias ecológicas. Nos permite contrastar esa mentalidad con los actuales paradigmas de desarrollo sostenible y comprender la evolución de nuestra relación con el medio ambiente.

¿Qué materiales planeaba usar Rivera y qué nos dicen sobre su visión?

Planeaba crear un mural escultórico con relieves sobre concreto. A diferencia de su uso de piedra natural en el Estadio Olímpico para integrarse con el paisaje, esta elección de un material industrial y artificial dialogaba con la arquitectura racionalista del edificio. Simboliza una visión donde la creación humana se impone y transforma la naturaleza, en lugar de armonizar con ella.

¿La "organización horizontal" en los bocetos tiene alguna lectura ecológica?

Sí, puede interpretarse como la visión de un esfuerzo humano colectivo y unificado para dominar y transformar la naturaleza. Este ideal de progreso, impulsado por una ideología socialista, veía la explotación de recursos como una herramienta para el bien común, a menudo pasando por alto la necesidad de la conservación y la sostenibilidad del ecosistema.

¿Se llegó a construir alguna parte del mural?

No, el proyecto nunca superó la etapa de bocetos. La combinación de la enfermedad de Diego Rivera, la muerte de su patrocinador principal y posibles desacuerdos conceptuales con los arquitectos provocaron que la obra quedara permanentemente inconclusa, existiendo solo en los dibujos preparatorios del artista.

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