DIVERSIDAD BIOLÓGICA Y protección de los ECOSISTEMAS
Cuidar y proteger los diferentes ecosistemas es el único modo en que la humanidad puede subsistir en la Tierra. Dependemos de los servicios de los ecosistemas, también conocidos como servicios ecosistémicos, que son aquellos procesos que ayudan a garantizar la vida del ser humano.
La pérdida de biodiversidad es una amenaza existencial y un riesgo inaceptable para la salud humana y de los ecosistemas.
La pérdida de nuestra diversidad biológica reduce drásticamente nuestra capacidad para hacer frente a las principales amenazas ecológicas, como la crisis climática. En este sentido las áreas protegidas son vitales para la preservación de la biodiversidad de nuestro país.
Proponemos un marco legislativo nacional sólido, uniforme y debidamente aplicado para la protección del bienestar de los ecosistemas y para la protección de áreas naturales.
humedales
El término humedal hace referencia a ecosistemas que permanecen en condiciones de inundación o con su suelo saturado con agua de forma permanente o semipermanente.
Si bien bajo este concepto se incluye una amplia variedad de ecosistemas, todos los humedales comparten una característica primordial: el agua es el elemento esencial que les da vida y juega un rol fundamental en la determinación de su estructura y de sus funciones ecológicas.
De ellos dependen, en distinta medida, la provisión de agua para distintos fines; la recarga y descarga de acuíferos; la protección de recursos de agua dulce contra la salinización; la mitigación de inundaciones; el control de la erosión; y la estabilización de costas y de microclimas.
Argentina tiene actualmente 23 sitios designados como Humedales de Importancia Internacional (sitios Ramsar), con una superficie de 5,714,016 hectáreas.
Se ubican en seis grandes regiones de humedales: Cuenca del Plata, Chaco, Pampas, Patagonia, Puna y Zona Costera Patagónica. Cuenca del Plata: Es la principal cuenca hídrica de la Argentina. Se desarrolla en un territorio predominantemente llano, de clima benigno y suelos fértiles.
El desarrollo urbano y rural son las principales causas de la destrucción de estos sistemas: Poblaciones asentadas sobre los valles de inundación, extensión de las zonas de cultivo sobre humedales vírgenes, la rentalizacion inmobiliaria sobre estos espacios de valiosa biodiversidad,comprando la llamadas tierras baldías a precios viles y transformándolas en barrios privados de alta gama, sepultando el humedal bajo tosca y cemento.
Esto sucede principalmente en los humedales en el litoral Sur de la Región Metropolitana de Buenos Aires.
Podemos ejemplificar esta destrucción con la situación de los bañados de Ensenada y Maldonado en Berisso; otra al avance de la urbanización sobre el humedal de El Pescado en el partido de La Plata; y finalmente al impacto irreversible y de gran envergadura que están generando los desarrollos inmobiliarios sobre la Reserva natural de Hudson, en el partido de Berazategui. Hacia la cuenca del río Luján, un solo grupo inmobiliario propiedad de Eduardo Constantini urbanizó más de 500 hectáreas de humedal sobre el valle de inundación en Tigre y Escobar.
Las canalizaciones y endicamientos para plantar soja son uno de los factores principales del deterioro de los humedales, porque afectan su régimen hidrológico, Un caso emblemático de pérdida de humedales por expansión de la soja son los Bañados del Río Saladillo, uno de los sitios de mayor biodiversidad de la provincia de Córdoba, donde se perdió el 69% de la superficie de humedales y el 19,6% de las lagunas.
Este proceso es continuo, descontrolado y genera la pérdida de grandes porciones de humedal sobre todo en la cuenca del Plata.
Durante décadas se intentó legislar para buscar la protección de estos espacios, desde 2013 se discuten proyectos de protección de humedales en el Congreso. Tras perder estado parlamentario dos veces, a fines de 2016 un proyecto de autoría de los entonces senadores Magdalena Odarda (Frente Progresista) , Teresita Luna (FPV) y Fernando Solanas (Proyecto Sur) obtuvo media sanción en dicha Cámara , pero el lobby agroexportador logro que no tengamos ley de humedales. En la actualidad otro proyecto donde participaron reconocidos especialistas y activistas ambientales y ecologistas está trabado en la comisión de agricultura, pese a haber sido cercenado en la comisión de ambiente sacándole los artículos que penalizaban la destrucción de humedales.
La respuesta a este grave problema ambiental no es simple, no alcanza con una ley de presupuestos mínimos aunque sería un real avance. Como se ha hecho en otros países es fundamental crear en estos territorios de humedales grandes zonas naturales protegidas, parques nacionales o reservas nacionales, provinciales o municipales.
Por otra parte, entender que la migración humana hacia esos espacios genera también un daño considerable, censar a habitantes y productores nativos es imprescindible, regular actividades productivas aun en pequeña escala o turísticas no adaptadas al medio es fundamental.
Siempre para la protección de espacios de biodiversidad imprescindibles para la salud del planeta y por ende para nuestra supervivencia es necesario tomar medidas que pueden generar conflictividad con los factores de poder y sectores de las poblaciones de cercanía o nativas en este caso del humedal.
La educación e información sobre el valor del humedal para la vida, y nos referimos a la vida en general y no solo humana es clave para su sostenimiento, pero los tiempos para preservar los humedales existentes son exiguos. En menos de una década perderemos por distintos factores antrópicos mas del 40% del 21,5 % del territorio Nacional que conforman los humedales.