Coca-Cola y el reciclaje de botellas PET

En un mundo donde la conveniencia a menudo se traduce en productos de un solo uso, las botellas de plástico se han convertido en un símbolo omnipresente de nuestro consumo diario. Las vemos en tiendas, en nuestras manos y, lamentablemente, a menudo en lugares donde no deberían estar. Sin embargo, detrás de cada una de estas botellas existe una oportunidad: la posibilidad de un nuevo comienzo. Grandes corporaciones como Coca-Cola, cuya presencia es global, enfrentan un desafío monumental y una responsabilidad ineludible: gestionar el ciclo de vida de sus envases. La pregunta ya no es si se puede reciclar, sino cómo hacerlo a una escala masiva y eficiente, transformando un problema potencial en una solución sostenible. Este es el viaje de una botella de PET, un camino de transformación que comienza con un simple gesto del consumidor y culmina en la creación de un nuevo producto, cerrando el círculo de la economía circular.

¿Qué es el PET y por qué domina el mercado de envases?

El Polietilentereftalato, conocido mundialmente por sus siglas PET, es el material predilecto para la fabricación de botellas y envases de bebidas en todo el mundo. Sus características lo hacen ideal para esta función: es ligero, resistente, transparente y, lo más importante, seguro para el contacto con alimentos. Aunque su costo puede ser ligeramente superior al de otros polímeros, su durabilidad y versatilidad lo han posicionado como el líder indiscutible. Una de las propiedades más notables del PET es su longevidad; puede tardar hasta 500 años en degradarse en la naturaleza. Esta misma característica, que lo convierte en una amenaza ambiental si no se gestiona adecuadamente, es también su mayor fortaleza: es 100% reciclable. A través de procesos químicos y mecánicos, una botella de PET usada puede ser descompuesta y convertida en materia prima de alta calidad para fabricar nuevos envases, fibras textiles para ropa, alfombras y mucho más.

El Compromiso de Coca-Cola: Hacia un Mundo Sin Residuos

Consciente de su impacto, Coca-Cola ha establecido una ambiciosa estrategia global llamada “Un Mundo Sin Residuos”. El objetivo principal es recolectar y reciclar el equivalente al 100% de los envases que comercializa para el año 2030. Este compromiso no solo se enfoca en la recolección, sino también en el diseño de los empaques y en la colaboración con diversas organizaciones.

Una de las iniciativas más significativas es la inversión en infraestructura de reciclaje. Un ejemplo claro es la nueva planta que se construirá gracias a una inversión conjunta de más de 60 millones de dólares entre Coca-Cola FEMSA y ALPLA. Esta instalación de vanguardia tendrá la capacidad de procesar hasta 50,000 toneladas de botellas de PET post-consumo anualmente. De este proceso, se podrán obtener hasta 35,000 toneladas de resina reciclada de grado alimenticio (conocida como R-PET), lista para ser utilizada en la fabricación de nuevas botellas. Además, la compañía se ha propuesto que para 2030, sus envases contengan un promedio del 50% de material reciclado, reduciendo drásticamente la dependencia del plástico virgen.

El Viaje de una Botella: El Proceso de Reciclaje Paso a Paso

El camino para que una botella usada se transforme en una nueva es un proceso meticuloso que requiere la participación de múltiples actores, comenzando por el consumidor. Coca-Cola ha trabajado en hacer visible este proceso, al que denomina “trazabilidad”, para que todos comprendan el valor de separar sus residuos.

1. Separación en Origen: Todo comienza en casa. Cuando un consumidor termina su bebida, en lugar de desechar la botella con la basura común, la separa y la deposita en un contenedor de reciclaje o un “Eco Punto”. Este es el primer y más crucial paso del círculo virtuoso.
2. Recolección y Clasificación: Los servicios de recolección diferenciada, cooperativas de recicladores o recuperadores urbanos recogen los materiales. Estos son llevados a centros de acopio donde se clasifican por tipo de material y color.
3. Procesamiento en la Planta de Reciclaje: Una vez en la planta, las botellas de PET pasan por un riguroso control de calidad. Se lavan y desinfectan para eliminar cualquier residuo o impureza.
4. Trituración y Conversión: Ya limpias, las botellas se introducen en molinos que las trituran hasta convertirlas en pequeñas hojuelas de plástico, también conocidas como “flakes”.
5. Creación de Nueva Resina: Estas hojuelas se funden a altas temperaturas y se someten a un proceso de purificación para crear “pellets” o gránulos de resina reciclada (R-PET), un material con propiedades muy similares a la resina virgen.
6. Fabricación de Nuevas Botellas: Finalmente, esta resina reciclada se utiliza para fabricar preformas, que son como pequeños tubos de ensayo de plástico. Estas preformas se calientan y se soplan dentro de un molde para darles la forma final de una nueva botella, lista para ser llenada y volver al mercado.

El Panorama del Reciclaje en Latinoamérica: Desafíos y Avances

La situación del reciclaje en Latinoamérica es compleja y varía significativamente de un país a otro. Los casos de Argentina y Perú ilustran tanto el potencial como los obstáculos que enfrenta la región.

En Argentina, se generan alrededor de 200,000 toneladas de residuos PET al año, pero solo se recupera cerca del 30% (unas 70,000 toneladas). Esto se debe, en gran parte, a la falta de una cultura arraigada de separación de residuos en los hogares y a la limitada recolección diferenciada. A pesar de esto, Coca-Cola Argentina ha logrado importantes avances, recuperando y reciclando el 54% de los envases que pone en el mercado, gracias a la promoción de envases retornables y alianzas estratégicas.

En Perú, el desafío es similar. El crecimiento del consumo de bebidas embotelladas ha aumentado la cantidad de envases en circulación. Sin embargo, gran parte del sistema de recolección depende de un sector informal de recicladores. Según datos del sector privado, solo un 4% de los residuos llega a un relleno sanitario adecuado. La formalización de estos trabajadores es clave, ya que las grandes empresas necesitan comprar materia prima reciclada con factura, algo que el sistema informal no puede proveer. A pesar de esto, la Ley 30884 exige que las botellas contengan al menos un 15% de resina reciclada, impulsando a empresas como Coca-Cola, Pepsico y Grupo AJE a establecer metas ambiciosas y a invertir en la cadena de valor del reciclaje.

Tabla Comparativa: Reciclaje de PET en Argentina y Perú

Preguntas Frecuentes sobre el Reciclaje de Botellas

¿Todas las partes de la botella de Coca-Cola son reciclables?

Sí, la filial argentina de Coca-Cola, por ejemplo, logró que todos sus envases sean 100% reciclables. Esto incluye la botella (PET), la tapa (polipropileno - PP) y la etiqueta. Durante el proceso de reciclaje, estos materiales se separan para ser tratados adecuadamente.

¿Reciclar realmente ayuda al medio ambiente?

Definitivamente. El reciclaje de PET reduce significativamente la cantidad de residuos que terminan en vertederos o en la naturaleza. Además, disminuye la necesidad de extraer y procesar materias primas vírgenes (petróleo), lo que ahorra energía y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático. También genera empleo en la cadena de recolección y procesamiento.

¿Por qué no se recicla el 100% de las botellas?

Los obstáculos son varios. El principal es la falta de sistemas de recolección eficientes y la baja participación ciudadana en la separación de residuos. Además, existen desafíos económicos, como la fluctuación de precios entre el plástico virgen y el reciclado, y problemas estructurales como la informalidad en el sector, que dificulta la trazabilidad y el suministro constante de material a las plantas de reciclaje.

¿Qué puedo hacer yo para ayudar?

Tu papel es fundamental. Comienza por separar tus residuos en casa: plástico, vidrio, papel, cartón y orgánicos. Enjuaga las botellas de plástico y aplástalas para ahorrar espacio. Deposítalas en los contenedores correctos o entrégalas a un reciclador de tu zona. Al elegir productos, prefiere aquellos con envases hechos de material reciclado. Cada pequeña acción suma para construir un planeta más sostenible.